Me ha gustado la cantinela: Lo peor del franquismo fue el antifranquismo. Quien crea que es solo una burla que lo compruebe aquí.
En este caso no traigo nada del libro de Alonso de los Ríos, sino con unos exabruptos de un tal Benet sobre Soljenitsin en relación con unas palabras que leí por primera vez aquí. Esta es la respuesta de Benet publicada en una revista que se llamaba Cuadernos para el Diálogo que cuenta Moa en este interesantísimo artículo (Un autorretrato del antifranquismo):
Yo creo firmemente que, mientras existan personas como Alexandr Soljenitsin, los campos de concentración subsistirán y deben subsistir. Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Alexandr Soljenitsin no puedan salir de ellos. Nada más higiénico que el hecho de que las autoridades soviéticas –cuyos gustos y criterios sobre los escritores rusos subversivos comparto a menudo– busquen la manera de librarse de semejante peste.
Sí, es de escándalo, no hay palabras para calificar esto. Pues el tipo se fue a ver a Mao, y a la vuelta se ratificó de sus palabras, incluso dijo que se quedó corto.
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Ya puesto voy a seguir con el caso Soljenitsin.
Moa trata no solo de la recepción de Benet, sino también la de Cela:
Lo más curioso de la explosión de sinceridad de la oposición antifranquista ante la denuncia de Solzhenitsin es que no faltaron personajes de derecha para formar coro con ella. El más conspicuo resultó Cela, que dio en escribir cosas como éstas: «Solzhenitsin no está solamente contra España, nuestro pequeño y amado país, lo cual no sería nada. Solzhenitsin está contra Europa». Y no solo contra Europa, también «contra la libertad», aseguraba el hombre. Afirmaciones tan pomposas como sin pies ni cabeza, sandeces tan gratuitas en una persona generalmente considerada inteligente, obligan a preguntarse adónde apuntaban en realidad.
Para Moa está claro: «A esas personas, se comprende, la honradez y valentía de Solzhenitsin tenía que sentarles como una patada en lugar muy sensible.» Por cierto, Cela merecería también estar en la lista de «antifranquistas» de Alonso de los Ríos.
Tampoco en Francia ha gustado nada a las izquierdas; un senador le ha acusado de tradicionalista, antisemita y homófono. Ha declarado que la apología de Soljenitsin “como gran pensador demócrata que se opuso al estalinismo le pone enfermo”. ¿Por qué? Porque hubo muchos comunistas que lo hicieron antes que él.
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Para acabar, El Embajador nos pone un enlace al entierro espectacular, conforme a la liturgia ortodoxa: Así da gusto morirse
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