Tratamos de ello hace un año, cuando causó gran revuelo. Una organización caritativa había decidido poner cerdo en su sopa, para asegurarse de que sus esfuerzos no fueran disfrutados por los inmigrantes musulmanes, sino por los franceses nativos necesitados.
El grupo habitual de ONGs los denunció por “racistas”, a pesar de que no niegan la sopa a nadie. Es evidente que nuestras autoridades exigen que respetemos los tabús alimenticios de los inmigrantes. ¿No deberían ser ellas quienes hicieran campañas advirtiendo de que el cerdo no es un animal impuro y que su carne es sana y nutritiva?
Hace unos meses, la asociación decidió reanudar la distribución. Enviaron un fax a la prefectura de la policía, que tardó tres meses y pico en reaccionar. Este mes de enero les acaban de notificar de que sigue la prohibición de distribución de sopa en las calles. Por supuesto, en los establecimientos está autorizado, pero le saldría mucho más caro a la asociación abrir local.
Politique de civilisation? La soupe au porc est interdite de distribution sur la voie publique
PS: Uno de los anuncios más rompedores que he visto en mi vida, este del iJam. NO te pierdas la animación.
Dejar una contestacion