No sé si os acordáis del asunto, salía en la TV frecuentemente. Un libro reciente cuenta que fue un asalto cuidadosamente planeado para que alcanzara la mayor resonancia política. Varios cientos de “palestinos” armados se metieron en el tiempo y estuvieron allí treinta días causando todo tipo de destrozos, ensuciando y desecrando el lugar. Consiguieron además lo que se proponían: Que todo el mundo echara la culpa a Israel. Detrás de todo ello estuvo el Premio Nobel de la Paz Yaser Arafat.
Lo peor es comprobar entre nosotros tirar un Corán al retrete (uno propio) o dejar un trozo de panceta a la puerta de una mezquita está considerado un “crimen de odio”.
Fatah’s 2002 Staged Nativity Siege -A First Hand Account
Pues esta ocupación fue gravísima, ya que profanaron ni más ni menos el lugar donde nació el Hijo de Dios.
Bien es cierto que no fue la primera vez se limitaron a continuar una tradición, poco creativos fueron.
No me quiero ni imaginar el olor a fritanga que estará despidiendo en el infierno ese maldito de Arafat.