El año pasado hubo enfrentamientos interétnicos en el 40% de los institutos. En los dos últimos, estos enfrentamientos han aumentado un 10%.
Nótese que la noticia cargas las tintas contra la juventud de extrema derecha, y niega importancia del extremismo religioso. Es una coartada perfecta: El Islam -que nos venden como religión de la paz y la tolerancia- predica abiertamente la muerte al infiel; la reacción de defensa de los infieles contra esa ideología es denunciada como racismo y equiparado al genocidio.
Mientras no seamos capaces de romper ese circulo vicioso, seremos incapaces de hacerle frente a la agresión.
Pero tú eres parte de ese círculo vicioso, ya que fomentas el odio entre religiones.
Cuando hayas comprendido eso estarás en el camino hacia su solución, mientras eres parte del problema.
Defenderse causa crispación, mejor nos rendimos.
Creo que está demostrado que para el establishment
que malgobierna en «Occidente» (el pensamiento politicamente correcto, progre y etnomasoquista) el ENEMIGO no es la invasión foránea multicultural e islámica sino las minorias «blancas» conscientes y
decididas a defender su acervo histórico y patrimonio
cultural. Su ENEMIGO es sistemáticamente
descalificado como «racista», «xenófobo» etc.,
ELLOS, los que gobiernan se comportan como reales y objetivos enemigos de sus propios pueblos: Por eso están a favor de la inmigración y de la mezcla racial. Sólo los blancos, entre todas las etnias, son
desmoralizados y atacados en su propia dignidad: ¿Una prueba? se ocultaa la opinión pública que los blancos no somos la mayoria sino una minoria en peligro de extinción: el 5 por 100 de la población mundial. Ya se que a los cristianos se les hace muy dificil compender que es legítimo defender la propia identidad, pero
si interpretamos la palabra PRÓXIMO, como equivalente a PRójimo, (así lo entienden los judios)comprobamos que el mandato
de «amar al prójimo» no implica dejarse destruir o suicidarse. Recordemos las cruzadas, Lepanto, etc.
Deberíamos aprender de los judios: ellos han sabido conservar su identidad durante miles de años; ellos, como hacen los musulmanes también, aman más a sus propios correligionarios que a los «infieles» o «gentiles». Nosotros, intoxidados o malinterpretando
el evangelio AMAMOS a nuestro ENEMIGOS más que a nosotros mismos. Y el error está en que no
diferenciamos —como se hacía en los primeros siglos– entre enemigo público (hostes), al que no hay que amar, sino hostilizar y el «enemigo privado» o adversario,al cual se refiere el evangelio.
Esta distinción es fundamental. Por no distinguirla el actual Vaticano camina hacia la autodestrucción de la cristiandad, aunque parece que los obispos reunidos en Covadonga empiezan a ser CONSCIENTES del problema. SALUDOS