Barak Obama la apuesta oculta de los musulmanes.

Os repongo esto de hace tiempo, pero que ha vuelto a la actualidad tras las primarias de Iowa.

Aunque se pretende cristiano, Obama es musulmán:

Obama claims to be Christian. Not so. In Arab culture and under Islamic law, if one’s father is Muslim, so are the children. Always. Once a Muslim, always a Muslim. If he, as he claims, left Islam, he would be considered apostate. His family members and every other Muslim would be obligated, by Islamic law, to do their best to kill him. There would have been at least one fatwa out on him, calling for his death. In order to escape this fate, he would have had to leave his family, leave the community he grew up in, move as far away as possible, change his name, and start an entirely new life in the hope that he would not be found and killed.

Traduzco: Obama asegura que es cristiano. Para nada. En la cultura árabe y según la ley islámica, si el padre es musulmán, los hijos son musulmanes. Y cuando se es musulmán, se es musulmán para siempre. Si, como pretende, abandonó el Islam, sería considerado un apóstata.  Los miembros de su familia, y cualquier otro musulmán, tienen la obligación, según la ley islámica, de hacer todo lo que puedan para matarlo. Habría ya al menos una fatua pidiendo su cabeza. Para evitarlo, debería haber abandonado su familia y la comunidad en la que nació, e irse los más lejos posible, cambiando su nombre y comenzando una nueva vida, con al esperanza de que no lo encontraran y le dieran muerte.

En efecto, que no lo haya hecho es más que sospechoso. Ya se sabe que es perfectamente aceptable, incluso está recomendados, que un musulmán mienta si es por el bien del Islam. Otro párrafo:

In a recent phone conversation with Dr. Shorrosh, formerly a Palestinian terrorist who converted to Christianity, the subject of Obama came up. Dr. Shorrosh stated unequivocally that if Obama becomes President, the Muslim plan to take over America by the year 2020 will be speeded up and may well occur ten years earlier—in 2010.

Shorrosh, antiguo terrorista “palestino” convertido al cristianismo afirma que si Obama llega a presidente, el plan de los musulmanes para hacerse con el poder en América en 2020 podría adelantarse al 2010.

Guest Post by Cassandra: Obama.

No te pierdas tampoco esto, que retrata al personaje: ¿Por qué esconde el candidato Obama a la abuela blanca mientras exhibe a la negra?

 

12 comentarios

  1. [Este imbécil no es Prevost, es un troll que usa su pseudónimo. En estos casos lo mejor es no contestarle, borraré los post que me de la gana y dejaré los que me de la gana. Este es de los más curioso que he leído]

    Tomad pardillos, esto es lo más inteligente que se ha publicado en vuestro blog nunca:

    La invención del ‘yihadismo’

    ——————————————————————————–

    A consecuencia del 11-M, el fantasma del yihadismo recorre Europa tras haber sembrado la paranoia en los Estados Unidos. Como se sabe, los objetivos buscados por los atentados terroristas son tres: romper la agenda pública para imponer otra más favorable a los intereses políticos de los terroristas, deslegitimar el orden vigente destruyendo la confianza de la ciudadanía en las instituciones y dividir a la élite del poder establecido socavando sus bases de apoyo social. Pues bien, parece evidente que los yihadistas han cubierto con éxito los tres blancos a la vez. Han sembrado la división allí donde más interesa al radicalismo panárabe, que no es entre Europa y los Estados Unidos o entre la vieja y la joven Europa, sino sobre todo entre el colonialismo occidental y las oligarquías exportadoras que detentan el poder en los países árabes, erosionando el apoyo de las poblaciones musulmanas a los corruptos regímenes que las dominan. Pues, como sostenía hace poco Joseph Nye en estas páginas, la yihad que buscan emprender no es una guerra mundial contra Occidente, sino una guerra civil contra las oligarquías árabes. Y si los atentados se realizan en suelo occidental es para multiplicar con creces su impacto mediático, dado el distinto valor que atribuimos a nuestras vidas en comparación con las suyas. Por eso, los atentados también han creado por todo Occidente una conciencia de vulnerabilidad que se resuelve en la demanda de anteponer la búsqueda de seguridad pública en detrimento de las libertades civiles y las garantías jurídicas. Pero quizá el mayor éxito del radicalismo panárabe haya sido romper la agenda pública de las democracias occidentales para imponer otra agenda global que eleva la guerra contra el yihadismo al primer rango de las prioridades políticas. Ahora bien, esto mismo es lo que buscan los terroristas: convertir a los occidentales en nuevos cruzados contra el islamismo a fin de justificar su propia lucha anticolonialista con el manto sagrado de la yihad.

    En efecto, Occidente ha caído en la trampa tendida por los terroristas de entender al pie de la letra el yihadismo como una causa religiosa en vez de política. Y esta falaz confusión es achacable no sólo a Huntington (inventor del choque de civilizaciones) y al trío de las Azores, sino a todos cuantos se empeñan en hacer del islam la causa última del terrorismo, censurando el Corán o el sermón de los viernes como si se tratase del Libro Rojo de Mao. Pero este error de juicio es el que más conviene a los intereses políticos del radicalismo panárabe, que si ha elegido utilizar la retórica de la violencia religiosa como arma política es porque le parece más eficaz, tras los pasados fracasos que tuvo cuando justificaba su lucha anticolonial con ideologías occidentales, ya fueran socialistas, revolucionarias o nacionalistas. En los años sesenta, la retórica del socialismo y el nacionalismo panárabes sólo permitían movilizar a ciertas clases medias profesionales, como los periodistas y los militares, pero no alcanzaban a las clases urbanas desempleadas, sin escolarizar y ágrafas por lo general.

    Tratando de ampliar su base de movilización, los empresarios políticos del radicalismo panárabe decidieron recurrir a la religión como más eficaz instrumento de lucha política, por ser el único capaz de ser entendido por las masas iletradas a fin de movilizarlas. Pero, a pesar de su retórica, para los yihadistas la religión no es un fin, sino un medio al servicio de objetivos políticos, consistentes en hacer no la guerra santa contra el infiel, sino el equivalente de lo que sería una revolución burguesa contra las oligarquías exportadoras que sirven al colonialismo occidental. De ahí la invención del yihadismo como explotación política de la tradición religiosa con fines revolucionarios. Y digo invención en el mismo sentido en que se habla de invención del nacionalismo, cuando la burguesía europea decimonónica, en lucha contra las oligarquías imperiales del Ancien Régime, creó una nueva retórica de movilización política transfiriendo hacia la nación moderna la sacralidad de la religión tradicional en vías de secularización. Pero ahora, cuando el socialismo y el nacionalismo ya se han desacralizado como formas secularizadas de religión política, es la nueva retórica religiosa modernizada al modo fundamentalista o integrista la que actúa como mejor instrumento de movilización política.

    ¿Por qué es tan eficaz la religión como retórica revolucionaria? En su crítica de la teoría de la revolución de Theda Skocpol (que la explicaba por fracturas en la estructura de clases causadas por derrotas bélicas), Michael Taylor demostró que el triunfo de una revolución sólo es posible si existen redes comunitarias fuertemente cohesionadas por un cemento moral capaz de fusionarlas. Es lo que sucedió con el campesinado protagonista de las revoluciones rusa y china, igual que ocurriría después en la revolución indochina contra el colonialismo francés y estadounidense. Así, la derrota de Estados Unidos en Vietnam fue debida a que se enfrentaba a unas redes campesinas que eran prácticamente invencibles, pues todos sus miembros estaban dispuestos a sacrificarse por su comunidad. Y en este sentido, la fuerza del Vietcong residía no en su capital militar, hecho de tácticas guerrilleras de ataque por sorpresa, sino en su capital social, entendido al modo de Putnam como redes de reciprocidad y confianza generalizada. Pues bien, eso mismo es lo que sucede con el islamismo actual: un eficaz cemento moral que, sobre la base de los lazos de fidelidad entre los miembros de la Umma o comunidad de los creyentes, permite crear espesas redes sociales de confianza (trust) y reciprocidad. Y los mejores ejemplos son no sólo las redes de financiación del yihadismo basadas en la hawala (transferencia de fondos en metálico que no dejan rastro bancario), sino el propio éxito iraquí en la resistencia contra los estadounidenses, que, como en el caso del Vietcong, se funda no en sus tácticas de guerrilla, sino en los invencibles vínculos de solidaridad hasta la muerte que cohesionan a las comunidades suní y chií.

    Además de su mayor eficacia política como cemento cohesivo de resistencia y movilización, la ventaja del factor religioso también reside en su capacidad de justificar los atentados presentándolos como sacrificios divinos. Los terroristas matan o se suicidan con menos escrúpulos si se sienten oficiantes de un culto litúrgico en vez de saberse actores de un proyecto racional. Los espectadores de los atentados también se sienten más horrorizados si se cometen por motivos religiosos en vez de políticos, pues así resultan más fatales y trágicos. Y dada la afinidad del ritual religioso con la escenografía teatral, los atentados cometidos con dramaturgia religiosa producen un impacto mediático mucho más espectacular, que es lo que buscan los terroristas para romper las agendas políticas de sus adversarios. Pero que los yihadistas hagan teatro religioso no significa que tengamos que hacerles el juego aceptando su misma definición de la realidad.

    Convertir la lucha política contra el terrorismo en una guerra de religiones es la forma más segura de perderla, tal como demuestra el desastroso resultado de la guerra preventiva emprendida por el trío de las Azores. De ahí que la censura preventiva contra las mezquitas pueda ser un error, además de atentar contra el derecho a la libertad de expresión. Por el contrario, es hora de advertir que la causa del terror yihadista no es teológica ni cultural, sino política, pues se origina en la espuria alianza entre el colonialismo occidental y los regímenes oligárquicos que bloquean el desarrollo de los países árabes. De modo que para luchar contra el yihadismo, en lugar de apoyar a los regímenes árabes moderados, según proponen incluso progresistas como Nye, deberíamos por el contrario cuestionarlos exigiéndoles que lleven a término su aún pendiente revolución burguesa, civilizando a sus oprimidas poblaciones y desarrollando las ingentes posibilidades de sus sociedades civiles. Pues la necesaria democratización de los países islámicos no puede ser otorgada desde arriba por sus corruptas oligarquías exportadoras (y todavía menos bajo el patrocinio del complejo militar-industrial estadounidense), sino que sólo puede ser liderada desde abajo por las clases medias urbanas e ilustradas que articulan su sociedad civil, mayoritariamente islamistas como reacción de protesta contra el injusto colonialismo que las sigue oprimiendo todavía hoy.

  2. En todo caso, ya ha quedado bien claro que comprendemos que el islamismo es en lo básico una ideología de dominación territorial a nivel universal, avispate, nenen (o sea: dejate de joder, bobo).

  3. ¡Fascinante!, menuda parrafada de análisis Marxista-Hegeliano-AntiGlobalización-AntiImperialista le ha salido al muchacho… ¡¡Es un curro, reconocerselo!!, inane, insubstancial, architópico, y de conclusión previsible: «La culpa la tiene el imperialismo»; ¿El Califlato que pedían a gritos los 100.000 cenutrios indonesios que era?, ¿una reunión del club Tupper-Wear?, ¿hay imperialismos buenos y malos?, ¿cómo se distinguen?… Y encima se cree inteligente, ¡Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen, ni lo que dicen, ni cómo se usa el cerebro…

  4. Pues si pretenden un guerra civil ya tardan en decidirse, tan complejo es?
    Joder no son más que unas élites atrasadas y feudalistas que han llegado tarde al reparto mundial, para colmo surgen nuevas potencias, si no conquistan algo y pronto se desvirtuaran sus objetivos que sse haran inalcanzables, en su revolución carcomeran europa y si hay alguna guerra a la clase autista dirigente en europa no parece preocuparles.
    Perdemos en cualquier caso, la mejor forma de joder a los musulmanes es oponerse activamente a ellos
    Insensatos

  5. Hola Creo que Obama es un farzante, por que?? Por que en su Libro omite muchas cosas que debio revelar,,,Bueno, les contare, un Periodista Americano llamado
    Glenn Beck quien trabaja con el cadena FOX..se dio a la tarea de investigar la Familia
    de Barak Hussein Obama, Pues me sorprendi como Obama, siendo abandonado a los 2 anos de edad por su Padre…y luego es abandonadonado nuevamente por su Madre, y queda con sus Abuelos Maternos, quienes eran seguidores de una Iglesia donde Marcismo es lo primordial…luego Obama recibe consejos de su Mejor Amigo, Frank( Obama lo menciona en su Libro, pero nunca menciona que Este, es socialista, bueno luego Barak Obama, dedica 20 anos en una Iglesia donde el ministro es la persona que mas odia a USA, y tambien, tiene ideas socialistas……aclaro que El Padre de Obama cuando lo abandona , Su Padre, viaja a Kenia, para asesorar al gobierno de este ,como dirgir un Pais comunista.. en conclucion Barak Hussein Obama crecio rodeado de ideas socialismo…desde su nacimiento..hasta ahora. ( se han preguntado por que Obama, durante su campana presidencial trato de ocultar, su nombre HUSSEIN, bueno ahi les dejo!!! aparte es el musulman, pues El que es de esta religion lo es para siempre, pues el que trate de cambiarla, estos miembros trataran de matarlo por ese hecho, para los que saben ingles los invito a ir a este pagina ..
    :http://video.foxnews.com/v/4139297/barack-obama-socialisoomia_ow=t0:s0:a4:g4:r1:c0.000000:b0:z5

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