Por que no me las muerdas, Gongorilla
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino.
Así escribía ese cristiano viejo y socarrón que tocaba todos los palos de eso que antes se llamaban las letras y actualmente, de forma un tanto pretenciosa, literatura.
Quevedo trataba con ese soneto de fustigar a su rival Góngora a cuenta de sus antecedentes marranos. Hoy en día eso sería considerado algo así como «xenofobia inaceptable de la derecha fascista». Caso de ser dirigida contra los mahometanos, contra los judíos hay barra libre… De hecho así ha sucedido en Francia cuando a un grupo de franceses se les ha ocurrido algo tan execrable como poner cerdo en la sopa.
En fin, disfrutad de este soneto antes de que nuestra ministra del ramo lo ponga en el Índice de Libros Prohibidos. Por mi parte, solo pretendía anunciar que decoraremos algunos de nuestros apuntes en este cuaderno de bitácora con simpáticos cerditos procedentes de esta página. Tal que estos tortolitos:
Del cerdo me gustan hasta los andares, que decía Agustín de Foxá.
Ahora, viendo el rechazo que les tienen los muslims, no sé si comérmelos o abrazarlos.
O como cuenta Camba en su Casa de Lúculo: cuando le preguntan por la pieza de volatería que más le gusta, un gallego responde: "Si o porco voara". (Si el cerdo volara…)
Por cierto, a los moritos les ponen tambien los andares del cerdo:
https://noticiasdeeurabia.wordpress.com/2006/05/18/4-de-los-5-paises-que-mas-frecuentemente-buscan-sexo-en-internet-son-musulmanes/
Ya lo había leído. Evidentemente, ni Foxá ni yo vamos por ese camino.
🙂
De Foxá hay otra anécdota sobre un norteamericano al que soltó algo así como «También nos gusta el cerdo, pero no lo sentamos a la mesa».