He visto muy pocos análisis en la prensa española de este suceso político de la mayor importancia: un partido marginal, con un líder jovencísimo (Mario Dumont, 37 años, foto) ha cambiado el panorama político de este estado canadiense que los secesionistas españoles toman como “modelo referencial”. Un buen jarro de agua fría se han llevado.
La prensa española se ha limitado a presentar el resultado sin dar ninguna explicación de cómo es posible que un partido pase de siete escaños a 41, quedándose a siete del partido que gobierna.
Nuevo Digital arroja bastante luz al respecto:
La prensa canadiense lo admite. En esta campaña electoral en Québec se ha hablado más de los problemas con la comunidad musulmana que del sistema sanitario o de la deuda financiera. La tradicional bipolarización de la provincia francófona en torno a una política que, hasta ahora, giraba en torno al pulso entre federalistas e independentistas ha sido destrozada por un partido marginal que entró a saco contra el concepto de la “razonable acomodación” propuesto por la “tolerancia” de los partidos establecidos. Las últimas polémicas de alto voltaje en que se vio envuelta la comunidad musulmana pero también algunas otras confesiones y etnias han llevado al ADQ de Mario Dumont a casi ganar las elecciones partiendo desde su anterior ostracismo dentro de un bipartidismo políticamente correcto que, sin embargo, no consiguió responder a las ya desbocadas tensiones del multiculturalismo en pleno conflicto.
En Cataluña ha pasado algo parecido con el partido de ciutadans de cataluña con un candidato que dudo que la gente recuerde su nombre ahora mismo consiguieron unos resultados espectaculares
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