La intifada de Cañada Real

Intifada, y no es metafórico. Lo cuenta Vázquez-Rial:

Rachid llegó de Tánger hace 15 años y desde entonces trabaja en la construcción. Calcula que la vivienda de su vecino, compuesta por salón, cocina perfectamente equipada, baño y habitación de matrimonio, costaba 50.000 euros y la había levantado «con mucho esfuerzo y mucho trabajo». «Me molesta después leer que son chabolas, cuando en realidad son casas muy dignas», apuntilló. «Esto tiene que llegar a oídos del Rey de Marruecos, para que le pida explicaciones a Zapatero», sostenía.

Mojamé leyéndole la cartilla a Zapatero. Buenísimo. Y ojo a esto:

Esto parecía Palestina. Varios marroquíes portaban armas blancas e incluso le ha[n] quitado la pistola a un policía municipal. Cuando ven una cámara, se tiran al suelo para expresar victimismo, pero después se levantan y empiezan a tirar piedras.

Más de lo mismo:

Yo vi en las imágenes de la Cañada Real al islam en plenitud organizativa. Pero no sólo yo lo vi: lo vieron también ellos, a juzgar por la forma en que Al Yazira, la televisión a la que Ben Laden manda sus vídeos, difundió el tema en todo el mundo. No es manía mía, lo juro: Al Yazira transmitió en directo, según varias fuentes, todo lo ocurrido allí. ¿Cómo es posible que se haya transmitido en directo? La respuesta es sencilla: se sabía lo que iba a pasar y se prepararon las cámaras para ello, discretamente, a la espera de lo que sobrevenga, del mismo modo en que se hace desde hace décadas en Palestina, en el interior de cualquiera de las viviendas próximas.

Los estudios de Palliwood pondrán pronto sucursal en Madrid.

La intifada de Cañada Real, en directo

5 comentarios

  1. Lo peor es que la han reconstruido y nadie se ha atrevido a ir a paralos o a mulatarlos, esto es la ley del más fuerte, con este precedente no va ser raro ver chabolas por todos los descampados y a ver quien es el guapo que las tira a tragar se ha dicho.

  2. El Islam es, desde luego, una religión agresiva y representa un peligro para la sociedad, y en España (como en muchos otros países) lo tratamos con demasiada pasividad y mucha ingenuidad. Pero os tengo que decir que lo que ocurrió en la Cañada el día 18 de octubre no fue algo organizado. Cada vez que hay una órden de derribo, los vecinos hacen acto de presencia como muestra de solidaridad, y hasta ese día ningún derribo se había llegado a efectuar, ya que los jueces siempre acababan anulando la órden. Ese fatídico día los vecinos no esperaban que en realidad fuesen a demoler aquella casa. No hacía falta estar preparados para tirar piedras – como comprenderéis, es Cañada, está en el campo, y hay piedras por todas partes. Al-Jazeera apareció con la misma rapidez que Telemadrid, Antena 3, Cadena Ser y todo otro hijo de vecino mediático. Los vecinos mismos llamaron a muchos de los medios de comunicación al ver que se armaba la buena. Insisto en que no estaba organizado, vamos, que parece mentira que se os haga extraño que se trasmitan en directo incidentes como el de la Cañada. Si los medios siempre están al acecho de estas cosas, igualito que los buitres.
    Además, a ver si nos centramos, que este incidente no fue de carácter religioso ni étnico. Fue una familia que perdía su vivienda. No mezclemos las cosas, que porque se da la casualidad de que eran marroquíes no significa que fuera una gran conspiración nacida en las mezquitas de Madrid.
    Y hablo con conocimiento de causa, porque yo soy vecina de Rivas, y mi marido estuvo presente de espectador aquel día.

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