Mark Steyn, en descargo de Mel Gibson

A quien la prensa hipócrita querría crucificar por sus exabruptos antijudíos, ciertamente indefendibles. Definitivamente algunos no se miran en el espejo:

Por otra parte, cuando una estrella de cine borracha es pillada in fraganti y empieza a despacharse a gusto con diversas teorías acerca de «los jodidos judíos», ¡que paren las rotativas! Eso es tan totalmente «desproporcionado» que es la mayor noticia del momento. El director de la organización judía más prominente de Estados Unidos no hablará de nada más por días sin término. Tanto él como los medios estarán tan ocupados tratando las meditaciones de Mel Gibson sobre «los jodidos judíos» que no se molestarán con noticias periféricas de pie de página acerca de judíos realmente jodidos asesinados por ningún otro motivo que ser jodidos judíos.

Por la otra parte más, cuando el líder de Hezbolá, Hassán Nasralah, anuncia que si «todos los judíos se reúnen en Israel, nos ahorrará el problema de perseguirlos por todo el mundo», eso no es ni mucho menos «desproporcionado». Cuando el presidente iraní Ahmadinejad visita Malasia y declara, con motivo del Líbano, que «aunque la principal solución es la eliminación del régimen sionista, en esta etapa debe implementarse un alto el fuego inmediato», bien, eso es solamente retórica ligeramente acalorada sobre lo que de otro modo es un resultado muy útil de un proceso de paz viable: (Etapa 1) Por favor, no continúe degradando nuestra infraestructura hasta que (Etapa 2) tengamos la capacidad de bombardearle nuclearmente.

Ahora mismo, la mejor posibilidad de Israel de tener una cobertura de prensa decente consiste en que Mel Gibson vuele hasta allí y abronque con saña a su camarero por ser «un jodido judío».

Y sin embargo, mientras nuestra prensa utiliza la tinta como el calamar, crece la amenaza:

Si habla con políticos europeos, en privado le dirán que el tiroteo de Seattle será costumbre en el futuro, que de vez en cuando, en Seattle o Sydney, Madrid o Manchester, alguien morirá porque fue a un centro comunitario, porque se subió al autobús, porque se presentó a trabajar… y había un jihadista allí. Pero tienen confianza en poder mantenerlo al nivel que los servicios de seguridad británicos llamaban cínicamente, en el punto álgido de los «problemas» del norte de Irlanda, «un nivel aceptable de violencia». Por ejemplo, todo se mantendrá «proporcionado».

Los desequilibrados de la «desproporción

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*