Inocencio Arias se preguntaba este martes en una tribuna de El Mundo por qué no se interviene en Darfur militarmente para evitar el genocidio en curso:
Milicianos armados perpetran, según bastantes observadores con el beneplácito del Gobierno, una limpieza étnica de pavorosas consecuencias. Las cifras deberían impresionar: 300.000 personas han perdido la vida a manos de los milicianos o a consecuencia de la huida y el hacinamiento en campamentos; más de dos millones, aterrorizadas, han abandonado sus hogares y ocupan campamentos miserables; innumerables mujeres violadas…
Compara también la reacción airada de los europánfilos en casos similares con la quietud y el desprecio que muestran hacia Darfur:
Los precedentes inmediatos son reveladores. Empecemos con Ruanda. Estados Unidos no está exento de responsabilidad, Clinton se excusaría posteriormente, pero tanta o más tenía la Francia de Mitterand y la ONU, con la comunidad internacional, que se inhibieron. Vean Hotel Ruanda. Resultado: 800.000 seres rematados en 100 días. Ínfima agitación en Europa, era difícil acusar con el dedo sólo a los yanquis.
Llega Kosovo, aquí se protestó, la limpieza era en nuestras puertas, pero Estados Unidos no se fue de chinitas. Criticado por tardar en intervenir y luego, cuando lo hizo sacándonos las castañas del fuego -Europa, cuitadiña, no tenía los medios- también por haber bombardeado.
Irak es conocido: responsable absoluto, Washington. Nuestra sacrosanta indignación brota espontáneamente, sin tapujos; Europa se desmelena y se echa a la calle, colérica, masivamente.
Darfur: problemático acusar a Estados Unidos. El sospechoso no es el habitual, son otros. Cero manifestaciones. Indiferencia generalizada aunque el conflicto se arrastre años -hay menos televisión que en Kosovo, pero ha sido abundantemente denunciado por Intermón, Amnistía, la ONU…- y los muertos crezcan y crezcan.
¿Que farsa es ésta? ¿Dónde termina la ignorancia y dónde irrumpe el pasotismo y la hipocresía?
Y propone esta curiosa solución:
Ese pacifismo, loable desde muchos puntos de vista, me hizo albergar la esperanza de que ahora, con la cosecha de muertos creciendo en Sudán, habría -aunque menores al no poder culpar a Bush- airadas protestas colectivas. Que en Cannes o en los últimos Goya habría una, al menos una, pancartita con el eslogan Cuando hayamos enterrado al último ya no habrá que preocuparse de Darfur, como campea, en publicidad pagada, a toda página en los diarios de Estados Unidos.
No he visto la pancarta. No. Lo dicho. Nos hace falta un actor carismático, tal vez crítico de lo de Irak, poco amigo de Bush, pero solidario también con los seres humanos de Sudán. George Clooney, vaya.
¿De verdad espera eso? Inocencio hace honor a su nombre, pero no en el sentido primero de inocente, sino en el de ingenuo.
Aquí me has decepcionado un pelín AMDG.Arias estaba siendo terriblemente irónico (retranca fina) con el guay de Clooney, que es tan fantástico de la muerte, osea. ;D
Pero a los palestinos les envíamos rapidamente 816 millones de dolares en cuanto protestan no sea que se masacren ellos mismos tambien…
La verdad que tiene mucha ironía el artículo, pero creo que el final se lo toma en serio.
De todas formas te comprendo, ojalá hubiera muchos como él. Tampoco hay que sacar tanta punta.
Un saludo.
Ojo con Chencho Arias.
Se ha pasado la vida hablando mucho, y no siempre con tino.
Ahora que ha comprendido algunas cosas y que se consuela sus desdichas de Cónsul en Los Angeles ha dicho ésto.
Pero es que pretender que realmente ha habido pacifismo en ningún sitio es, como mínimo, exagerado. El pacifismo ha sido siempre, intencionadamente o no, un arma política para desarmar a un adversario.
En España necesitamos que la opinión pública reciba informaciones correctas y se contrarreste la propaganda antioccidental progre.