Paul Johnson: Una historia de los judíos. La Emancipación (II).

Paul Johnson, una historia de los judíos
Paul Johnson, una historia de los judíos

En el segundo decenio del s. XIX apareció el “judaísmo reformado”, que abrió sus primeros templos. Sigue las ideas del culto protestante, sencillos, con lecturas, prédicas, cánticos en la legua vernácula. Frente al culto católico, con imágenes, velas, incienso, vestidos antiguos, reliquias… Hay que tener en cuanta que el aquel entonces Inglaterra (y pronto Alemania) eran las potencias hegemónicas del mundo. (p. 332)

La emancipación y secularización lanzó una gran cantidad de genios judíos a la cultura civil europea. Heine, Marx, El caso de Heine es especial, porque este poeta pasó pronto a ser parte de las antologías escolares. Ni siquiera los nazis pudieron eliminar sus poesías de los textos escolares, aunque quitaron su nombre. (p. 245)

Los métodos de Marx son completamente rabínicos. Todas sus conclusiones se derivan exclusivamente de libros. Nunca puso sus pies en una fábrica, incluso rechazó la oferta de Engels de enseñarle una. Llamó científico a su socialismo, pero no es más científico que la teología. “Su método es el de la reivindicación, no la investigación, pero es la reivindicación de algo que ha sido proclamado anteriormente como la verdad perfecta con la convicción no del científico sino del creyente.(p. 348)

La teoría de la historia de Marx es mesianismo judío. Su actitud hacia el dinero es la del estudiante perpetuo rabínico: espera que algún rico le financie. Nunca tuvo interés en concluir sus estudios. Como un profeta mesiánico predijo que la revolución socialista se produciría en 1849, 50, 51, 52…su obra tardía es la explicación de porqué no sucedió. (p. 348)

La mayor parte de los intelectuales judíos que se hubieran hecho rabinos se hicieron marxistas y radicales. Johnson da cuatro razones.

La primera es la tradición bíblica de crítica social, presente en especial en el profeta Amós. Dio pie a que Bloch propusiera una lectura de la Biblia en clave comunista. También está la otra cara: la del sistema federal sin gobierno centralizado de la época del los Jueces. En este sentido los sefardíes eran más tradicionales (es decir, razonables) y los asquenazíes más revoltosos. La segunda es la perdida de influencia de los sefardíes, localizados en el mediterráneo, pasaron del 20 al 10% de la población judía en el s. XIX. La tercera es que la sensación de injusticia y de víctimas nunca había desaparecido, y con ello el mesianismo. La cuarta es la discriminación que sufrieron en Rusia hasta bien entrado el siglo. XX.

Sigo pensando que son insuficientes para explicar la preponderancia de judíos entre los intelectuales marxistas (ver punto cuarto).

En 1881 Rusia incrementó fuertemente la presión legal contra los judíos. Estos empezaron emigrar hacia el oeste, Más de dos millones fueron a EE. UU. Eran judíos muy diferentes de los americanos: tradicionalistas, pobres, de aspecto diferente. Inyectó nueva sangre, y muy viva, al judío americano, especialmente bien integrado, auque creó también cierta reacción antisemita.(p. 372)

El proceso de modernización de Rusia, interrumpido con el asesinato del zar Alejandro II, trajo otra vez a la actualidad el sionismo, es decir, la creación de un estado judío en Israel (p. 374). Evidentemente, para ello había que llamar a la puerta de Inglaterra imperial, aunque el territorio estaba bajo dominio turco (p. 375).

“Hasta 1870, la clase letrada europea fue projudía, pero en esa década las cosas cambiaron”. (p. 375) “El mundo se beneficiará a la vez que Israel. Se creará una comunidad en el Este que será portadora de la cultura y de las simpatías de todas las grandes naciones; habrá una tierra en la que se detengan los conflictos, un territorio neutral en el este, como Bélgica lo ha sido en el oeste” (p. 379). Un poco ingénua George Eliot, ¿no?. Para entender la referencia a Bélgica: Estados artificiales y naciones en construcción: Austria y Bélgica. Lecciones para España.

En todo caso, fue la novelista más admirada por los intelectuales. Su novela por capítulos Daniel Deronda, tuvo un éxito inmenso. Por primera vez se presentaba una historia en la que el retorno a Sión era una posibilidad realista.

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